SabbathLa observancia del Sábado es una materia imprecisa para algunos, y pocos la tienen en cuenta verdaderamente. Tal vez usted se pregunte, “¿Porqué debo guardarlo seriamente? Después de todo, es solamente otro de los tantos rituales.” El Sábado no es un rito. Es un día especial que Dios ha consagrado y bendecido después de haber completado Su creación. Él ha creado el Sábado para nosotros para que descansemos en este día del duro trabajo de la semana, y recordemos el infalible cuidado y providencia de nuestro Creador.

 

¿Porqué guardar el Sábado?

Sagrado día de reposo. El Sábado nos hace recordar la grandiosa creación de Dios; esto señala claramente al Creador y Su inmensa providencia y gracia. Como Dios mismo descansó en el séptimo día de la Creación para darnos el ejemplo, de la misma manera, Él también desea que podamos aliviarnos físicamente, mentalmente, y espiritualmente mediante la comunión con Él y guardando este día sagrado.

Una señal dada por Dios. La observancia del Sábado es también una señal entre Dios y Sus seguidores. Esta es la identidad que todo ciudadano de la nación sagrada de Dios debe llevar. Al guardar este día en santidad, estamos admitiendo que Dios es nuestro Señor, quien nos santifica y nos conforta de las tentaciones del mundo.

Esperanza del reposo eterno. El Sábado es el día para recordar la salvación de Dios. Es una constante advertencia que nos habla de la muerte de Jesús en la cruz por redimirnos de la esclavitud del pecado y por darnos el verdadero reposo de nuestras almas. Del mismo modo, el Sábado nos incita a esperar la bendición del reposo eterno en el Reino Celestial. Es precisamente esta constante renovación de esperanza la que guía a los que temen a Dios en el camino a la vida eterna.

 

¿Solamente para los judíos?

Diversos Cristianos profetas han enseñado que los creyentes de hoy ya no necesitan guardar el Sábado puesto que fue hecho para los israelitas del Antiguo Testamento. Pero la Biblia nos habla claramente que la observancia del Sábado es un mandamiento para todos aquellos que veneran a Dios.

Mandamiento divino. Dios decretó la observancia del Sábado en los Diez Mandamientos, los cuales delinean los requerimientos básicos de Dios para los seres humanos. Por lo tanto, guardar el Sábado es en efecto una obligación moral hacia nuestro Creador más allá de nuestros antecedentes étnicos.

Trascendencia racial. Dios estableció el día Sabático al término de su semana de Creación, mucho antes de la existencia de la nación Israelí. Él situó este día aparte, como día de bendición y de reposo. Todos los séptimos días de la semana, desde luego, deben ser honorados por los hombres de toda raza y nacionalidad. El Señor Jesús, siendo el Creador y el Señor del Sábado, declaró que “el día de reposo fue hecho por causa del hombre” (Marcos 2:27).

El término “hombre”, por supuesto, extiende a toda humanidad y no se restringe solamente a la nación judía.

Rebasa a la Ley Mosaica. El origen del Sábado precede a la institución de las leyes Mosaicas. Como tal, si bien Cristo nos libró de las estrictas regulaciones sabáticas según las leyes Mosaicas, el día Sabático permanece; y los cristianos siguen necesitando guardar el Sábado como día sagrado de reposo.

 

¿Qué Día es el Sabat?

Séptimo día. El Sabat bíblico equivale al séptimo día de la semana, o sábado. Este hecho ha sido claro en el tiempo de la Creación. Dios descansó en el séptimo día de la semana de Creación; los judíos guardan en el séptimo día el Sabat; el Señor Jesús guardó el Sabat, como fue su costumbre; los apóstoles y los miembros de la Iglesia en el Nuevo Testamento observan el séptimo día como el día Sabat. Hoy, Dios también desea que todos los creyentes honoren este día.

Día del Señor. Dios consideró específicamente el séptimo día diferenciándolo de los otros días de la semana y bendijo este día. Las Escrituras también nos recuerda guardar este día en santidad al Señor. Ya que el día Sabat es un día asignado por el Señor, y no un día elegido por los hombres, debemos por lo tanto guardar este día como Él ha encomendado.

 

Observación del Sabat

Honorarlo. El Sabat es el día de reposo. Nosotros debemos reposar de los quehaceres del mundo y dedicarnos en este día exclusivamente a Dios. La Biblia nos dice que “Si (retraemos) del sábado tu pie, de hacer  (nuestra) voluntad en el día santo, y lo (llamamos) delicia, santo, glorioso de Jehová, y lo (veneramos), no andando en (nuestro) propio caminos ni buscando (nuestra) voluntad ni hablando (nuestras) propias palabras, entonces (nos deleitaremos) en Jehová” (Isaías 58:13-14).

Dedicarlo al Señor. Los servicios de adoración, la oración, el estudio Bíblico, y los cultos, son actividades edificantes que nos ayuda a concentrarnos en las cosas de Dios. Mediante alabanzas y ofrendas, expresamos nuestra sincera gratitud a Dios por  Su salvación y provisiones diarias.

Hacer los trabajos del Señor. El Nuevo Testamento también nos demuestra escenas activas de Jesús predicando el Evangelio, teniendo cuidado de los enfermos y haciendo buenas obras en el Sabat. Debemos imitar a nuestro Señor y rendirle devoción en este día haciendo buenas obras.

 

Origen de la reunión de Domingo

Amplia evidencia de la historia prueba que la celebración del Domingo tuvo su origen de las prácticas paganas del culto al sol. En marzo del año 321 d. C.; el Emperador Romano Constantino, quien en un principio fue un adorador al sol y más tarde un cristiano convertido, dictó el primer decreto declarando que el  domingo debería ser el día legal de reposo. En 336 d. C., la Iglesia Católica Romana modificó oficialmente la observancia del Sabat al domingo debido a las conveniencias políticas y económicas. Desde entonces, el Sabat de antes cede gradualmente en una observancia del domingo y esta práctica permanece hasta hoy en día.

El Sabat bíblico, de cualquier modo, es y ha sido siempre en el séptimo día de la semana, o sábado. A pesar del predominio del culto dominical en el cristianismo, debemos considerar a la Biblia como nuestra autoridad y guardar en el séptimo día el Sabat ordenado por Dios.



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